Una escuela del sur de Rosario apuesta por la autosustentabilidad

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Son las nueve de la mañana cuando se abren las puertas de la primera muestra ambiental en la escuela pública "Dr. Luis María Drago", que forma parte del proyecto “Raíces del Futuro”, ganador de la convocatoria de este año realizada por el Fondo Jóvenes en Acción Climática. 

En esta institución, docentes y equipo directivo trabajan con una política sostenida para impulsar a través del aprendizaje práctico, el cuidado del ambiente y las acciones con impacto positivo.

La muestra fue organizada para que chicos y chicas de los diferentes cursos puedan ver el trabajo de otros. Apenas se ingresa a la sala, a mano derecha, se observan los productos cosméticos que elaboran los alumnos de segundo año. Hay repelentes y cremas hidratantes hechos a base de hierbas naturales. En la mesa de al lado, un manual con recetas para la alimentación saludable es acompañado con panes elaborados por chicos y chicas de cuarto año. 

Un poco más allá está el deshidratador solar que adquirieron gracias al Fondo. Observar el proceso de secado de frutas les permite a los alumnos de cuarto aprender sobre energía solar y la aplicación de la química, entre otras materias. Al interior de ese cubículo hay rodajas de naranja y tomate. “Ayer nos llovió y por eso están húmedas y con moho”, explica Karina Pelillo, docente de la materia Biología que acompaña el proyecto. 

Sobre una de las paredes laterales de la sala, se encuentran los cestos de basura para la separación de residuos. Este año, con el financiamiento pudieron comprar una impresora 3D y una computadora y crearon pequeñas macetas y llaveros institucionales. Además, parte de los residuos plásticos recolectados, los entregan a la empresa Evercraff que fabrica perfiles macizos a partir de ese material y los donan a la escuela. 

“Ahora estamos haciendo un pequeño vertebrado, la impresión va a durar como cuatro horas”, dice Iván Quint, estudiante de quinto año, mientras observa que todo marche de acuerdo a los planes. 

Chicos y chicas de todos los cursos circulan por las mesas. Un grupo observa el mariposario, elemento que sirve para explicar el proceso de vida de las mariposas Monarca. “Ves, es un gusano primero”, le dice un chico a otro. Dos chicas miran la ropa de economía circular que cuelga sobre un perchero. 

“¿Vieron la sala de escape?”, pregunta la profesora Karina a un grupo de jóvenes. Quienes ingresan, deben adivinar seis enigmas para conocer la frase inspiradora que se arma al final del recorrido: “Cuida el medioambiente, respeta la naturaleza”.

Para el final, queda la visita a la huerta que tienen en el patio. Producen vegetales y plantas medicinales. También generan su propio compost.

Fabrizio Tosto, uno de los jóvenes que lidera el proyecto, no para de moverse y controla que la muestra funcione bien. Menciona que como jóvenes es “importante tomar la sartén por el mango para generar hábitos saludables para el medioambiente”. Además, reflexiona: “los jóvenes somos el futuro y es nuestro planeta, sino no lo cuidamos nosotros, no lo va a cuidar nadie".